Cierto día, dos tigres comenzaron a atravesar en direcciones opuestas un puente hecho con cuerdas, en mitad de la selva. El puente era tan estrecho que no podían pasar los dos tigres a la vez. Así, cuando se encontraron justamente en el medio, uno le dijo al otro:
-Hermano, regresa y espera hasta que pase yo.
A lo que el otro respondió:
-No pienso moverme de aquí, yo he llegado primero al puente. Eres tú quien debe dar media vuelta.
Los dos tigres necios se detuvieron, observándose desafiantes uno al otro con la firme idea, cada uno, de no ceder el paso.
Transcurrió el tiempo y, como ninguno de los dos se movía, se enzarzaron en una feroz lucha que acabó con los dos felinos cayendo desde el puente al río, donde fueron devorados por un cocodrilo.
Este cuento popular africano nos sirve para reflexionar sobre nuestras intransigencias y nuestra terquedad y las consecuencias negativas que tienen en nuestra vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario