El
amor está en las rosas,
las rosas son el amor;
Cupido anda
entre las cosas
y hace de ellas una flor.
A veces despierta
un nido,
y a veces se va a vagar,
y anda en el viento, en el
ruido,
en el bosque y en el mar.
Hace despertar los
truenos
y hace rugir los leones,
y forma jardines buenos
dentro
de los corazones.
Es la voz, la voz errante
que no
encuentra su vocablo,
y expresa al ángel flotante,
o expresa
al prófugo diablo.
Se extenúa, se vierte,
y es profunda,
triste, vaga,
toda vida o toda muerte.
Anda errante un
silfo extraño
que llena mi alma invasora
con las perlas de la
hora
y los diamantes del año.
Yo al silfo le he visto. Y
es
todo perlas y brillantes.
Las perlas se llaman: "antes"
y
los brillantes: "después".
Rubén Darío
No hay comentarios:
Publicar un comentario