Cada cierto tiempo el águila se remonta hasta la mas alta montaña..
Se arranca con su pico todas las plumas, dejando su cuerpo a la intemperie, se desgarra las uñas hasta dejar sangrando sus garras; después permanece a merced del frío y del sol hasta que se renuevan en ella sus plumas y sus uñas y con ellas sus fuerzas.
Al final queda un águila rejuvenecida y fortalecida.
Esto nos dice que de alguna manera nos sucede a nosotros lo mismo, para crecer debemos pasar por ciertas pruebas que renovaran nuestras fuerzas, para poder soportar este mundo de cosas.
Y es que no sabemos nada, juzgamos por lo que ven nuestros ojos, pero ¿será que calificamos lo que vemos con su verdadero nombre? De ninguna manera; muchas veces erramos en ese sentido, porque una cosa es la que vemos y otra cosa es el propósito, por el cual se acontece.
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