viernes, 21 de febrero de 2025

BRINDIS

Debiera ahora deciros: —«Amigos, 
muchas gracias», y sentarme, pero sin ripios.
 
Permitidme que os lo diga en tono lírico,
 
en verso, sí, pero libre y de capricho.
 
Amigos:
 
dentro de unos días me veré rodeado de chicos,
 
de chicos torpes y listos,
 
y dóciles y ariscos,
 
a muchas leguas de este Santander mío,
 
en un pueblo antiguo,
 
tranquilo
 
y frío,
 
y les hablaré de versos y de hemistiquios,
 
y del Dante, y de Shakespeare, y de Moratín (hijo),
 
y de pluscuamperfectos y de participios,
 
y el uno bostezará y el otro me hará un guiño.
 
Y otro, seguramente el más listo,
 
me pondrá un alias definitivo.
 
Y así pasarán cursos monótonos y prolijos.
 
Pero un día tendré un discípulo,
 
un verdadero discípulo,
 
y moldearé su alma de niño
 
y le haré hacerse nuevo y distinto,
 
distinto de mí y de todos: él mismo.
 
Y me guardará respeto y cariño.
 
Y ahora os digo:
 
                              amigos,
 
brindemos por ese niño,
 
por ese predilecto discípulo,
 
por que mis dedos rígidos
 
acierten a moldear su espíritu,
 
y mi llama lírica prenda en su corazón virgíneo,
 
y por que siga su camino
 
intacto y limpio,
 
y porque este mi discípulo,
 
que inmortalice mi nombre y mi apellido,
 
... sea el hijo,
 
el hijo
 
de uno de vosotros, amigos.

Gerardo Diego

No hay comentarios:

Publicar un comentario