lunes, 3 de febrero de 2025

ANTE LAS TORRES DE COMPOSTELA

También la piedra, si hay estrellas, vuela.
Sobre la noche biselada1 y fría
creced, mellizos lirios de osadía;
creced, pujad2, torres de Compostela.

Campo de estrellas vuestra frente anhela,
silenciosas maestras de porfía.
En mi pecho -ay, amor- mi fantasía
torres más altas labra. El alma vela.

Y ella –tú- aquí, conmigo, aunque no alcanzas
con tus dedos mis torres de esperanzas
como yo éstas de piedra con los míos,

contempla entre mis torres las estrellas,
no éstas de otoño, bórralas; aquellas
de nuestro agosto ardiendo en sueños fríos.

Gerardo Diego

1 Biselada: la superficie tersa del cielo nocturno, sobre la que se alzan las torres, le hace pensar en un espejo biselado.

2 Pujad: aquí se usa en la acepción de “subir, ascender”.

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