- Hola. ¿Me permites una pregunta indiscreta?
- Apártate.
- ¿Cuánto pesas?
- ¡Márchate!
- Mis disculpas pero no. Yo diría unos cuarenta kilos. ¿Me aproximo?
- Vete
- ¿Qué? Si no me hablas más alto no podré entenderte.
- ¡Qué te vayas!
- Lo siento, pero ya es de noche y parece que esta no es la parte más animada de la ciudad. Y todavía faltan por aparecer algunas estrellas.
- …
- Esperemos que la gravedad sea generosa. Una vez me disloque un hombro y duele bastante.
- ¡¡No puedes dejarme en paz!!
- No llores, o bueno al menos eso me decía mi madre cuando era pequeño.
- ¡No sabes nada!
- Pues cuéntamelo.
- …
- Hace frío, ¿verdad? Como buen caballero te tiraría la cazadora, pero no creo que llegue ni a la altura del segundo piso y mi orgullo quedaría bastante maltrecho.
- ¡Márchate!
- Ni una sonrisa. Que le vamos a hacer. Probemos la parte práctica.
-¿Qué haces?
- Casi. Ha faltado poco. ¿Cómo lo has visto desde ahí?
-¿Tú estás tonto?
- Pues ahora que lo dices el viento se la ha llevado un poco lejos. Y si me aparto saltarás. Pero soy un caballero. Probemos con la camisa.
- Te perderé un poquito de vista, por lo que si saltas te tendré que recoger con mi espalda. Será más heroico pero me haré más daño. ¿Me prometes que no saltarás?
- Deja de hacer esto.
- El código de los caballeros es claro al respecto, e incluye un apartado dedicado a salvar a bellas damiselas en lo alto de torres. ¿Me lo prometes?
- ¿No lo entiendes?
- ¡Achís! Me gustaría hacerlo, de hecho intentare ayudarte en mi papel de valeroso caballero, si por un camino ligeramente más lento y seguro, bajas y me lo cuentas.
- …- Es eso o seguir con el strip… ¡Achís! …Tis. ¡Eh! No me gusta nada esa mirada que acabas de poner.
Creo que está incompleto...
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario