Bueno, pues hoy he visto “Godzilla (2014)” y os voy a contar un poco.
La película va de unos bichos muy grandes que están atiborrados de sorber de las centrales eléctricas, por eso está tan cara la luz. Se pegan unas merendolas de uranio de chuparse las seis patas de lo rico y lo fresquito. Que te viene a picar uno de esos y es mejor tener lubricante que after bite.
Entonces para que no se den amor de empujar y pongan huevos mandan a un lagarto a aplaudirles la cara. El lagarto es más grande que abrir los brazos. No cabe en Andorra. Y también hay un japonés que va por un portaaviones diciendo “Gochila”, “Gochila”. Que la gente le pregunta a él, porque como es japonés tiene que ser listo, y él dice que Gochila según le visite la musa, que lo mismo se remanga y arrehostia a los bichos que te fostia a ti, que ha tenido una infancia difícil.
Luego los bichos y el cocodrilo se pegan pero como luchadoras guatemaltecas, con ánimo, que no han terminado de darse una hostia y ya viene la otra mano pidiendo la vez. Y a cada hostia es un rascacielos espachurrado. El Godzilla andando es como la abuela cuando se levanta a hacer pis, que va pisando ciego, y que es lo que le da la calidad a la película.
También hay un chiquín que es soldado y que tiene un hijo muy feo que da igual lo que le pase de lo feo que es. La madre se lo regala a otra señora y todo. Y es experto en bombas de las que tienen dos cables y hay que cortar uno sudando.
Los actores son muy buenos porque a Godzilla le dieron el premio “don hostia”, y los decorados están muy bien porque los bichos dejan la ciudad como Magaluf en San Valentín.
Te la recomiendo si te gusta pelear como una luchadora guatemalteca o levantarte a hacer pis.
-Ángel Sanchidrián
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