Bueno, pues hoy he visto “La jungla de cristal” y os voy a contar un poco.
La película va de uno con cara de que no le ha sonado el despertador que se cuela en una fiesta de alto copete en un rascacielos, de esas que la gente no echa los huesos de aceituna en el cenicero. Que el hombre a lo que va es a gulusmear a su ex mujer, que lleva el pelo que parece que ha estado chupando el pararrayos.
Entonces llegan unos pegando tiros al aire que aquello es una boda berebere, y el John que dice que si quieres fiesta tira de ésta. Y ahí que se prepara para la lucha, descalzo y con camiseta interior, a pecho turco, que le falta una cerveza en una mano y el mando a distancia en la otra.
Los malos tienen todos pelazo yegua y van impolutos como una medallita de la Virgen niña, toda la mierda se le pega al protagonista, que además va pisando cristales y poniendo bombas que es casi mejor que ganen los malos, que rompen menos.
Y luego coge un walkie talkie y llama al jefe de los terroristas: “te voy a matar”, “no, yo a ti”, “no, yo más”, “yupi ka yei”, “qué hablas, borracho”. Y también se monta tertulias con un policía que está gruesito de los nervios, y que es lo que le da la calidad a la película. Pero todo con muy malos modos de querer darse de baja de Movistar, por eso no le mandan refuerzos, por energúmeno.
El vestuario está muy bien porque el protagonista cada vez lleva más mierda y menos ropa, que tiene la camiseta como la bayeta de un burguer, y el guión es muy bueno porque hay un negro en una limusina fumándose sus verduras sin molestar a nadie.
Te la recomiendo si te gusta chupar un pararrayos o las bodas bereberes.
-Ángel Sanchidrián
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