"¡Ah de la
vida!"1...
¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños2
que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi
locura las esconde3.
¡Que
sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan
huido!
Falta la vida, asiste lo vivido4,
y
no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha
llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y
un será, y un es cansado.
En el hoy y mañana y ayer,
junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de
difunto.
Francisco de Quevedo
1 Al entrar en una casa se llamaba desde el zaguán: “¡Ah de la casa!” Quevedo adopta esta fórmula para llamar a la vida (que juzga extinguida para él).
2 “¡Aquí de la justicia!” era el modo de pedir que esta acudiera a socorrer. El poeta pide que le asistan los tiempos pasados (antaños) que ha vivido.
3 Las locuras cometidas le han hecho perder el tiempo pasado y lo han hecho irrecordable.
4 Ahora ya le falta la vida, y sólo está presente el desgaste a que conduce lo que se ha vivido.
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