Amarrado
al duro banco
De
una galera turquesca,
Ambas
manos en el remo
Y
ambos ojos en la tierra,
Un
forzado de Dragut
En
la playa de Marbella
Se
quejaba al ronco son
Del
remo y de la cadena:
«¡Oh
sagrado mar de España,
Famosa
playa serena,
Teatro
donde se han hecho
Cien
mil navales tragedias!,
»Pues
eres tú el mismo mar
Que
con tus crecientes besas
Las
murallas de mi patria,
Coronadas
y soberbias,
»Tráeme
nuevas de mi esposa,
Y
dime si han sido ciertas
Las
lágrimas y suspiros
Que
me dice por sus letras;
»Porque
si es verdad que llora
Mi
captiverio en tu arena,
Bien
puedes al mar del Sur
Vencer
en lucientes perlas.
»Dame
ya, sagrado mar,
A
mis demandas respuesta,
Que
bien puedes, si es verdad
Que
las aguas tienen lengua,
»Pero,
pues no me respondes,
Sin
duda alguna que es muerta,
Aunque
no lo debe ser,
Pues
que vivo yo en su ausencia.
»¡Pues
he vivido diez años
Sin
libertad y sin ella,
Siempre
al remo condenado
A
nadie matarán penas!»
En
esto se descubrieron
De
la Religión seis velas,
Y
el cómitre mandó usar
Al
forzado de su fuerza.
Luis de Góngora
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