Canciones de amor: El tema dominante en las canciones tradicionales es el amor. En la expresión de este sentimiento, alcanza el lirismo castellano una belleza incomparable. Son poemillas breves pero hondos y, a veces audaces. En la albas, por ejemplo, una muchacha aguarda impaciente al amado, o se despide de él, como en esta:
Ya cantan los gallos,
amor mío y vete;
catai que amanece.
Vete, alma mía,
más tarde no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.
Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.
No falta, a veces, la malicia humorística:
¿Por qué me besó Perico,
por qué me besó el traidor?
Dijo que en Francia se usaba
y por eso me besaba,
y también porque sanaba
con el beso su dolor.
¿Por qué me besó Perico,
por qué me besó el traidor?
He aquí ahora algunas canciones de hombre enamorado:
Los cabellos de mi amiga
de oro son;
para mí, lanzadas son.
Si los delfines mueren de amores,
¡triste de mí!, ¿qué harán los hombres
que tienen tiernos los corazones?
¡Triste de mí! ¿Qué harán los hombres?
Estábame yo en mi estudio
estudiando la liciónii,
y acordéme de mis amores:
non podía estudiar, non.
La siguiente canción que el portugués Gil Vicente incluyó en sus obras (1.562) puede ser, sin embargo, tradicional castellana:
Muy graciosa es la doncella,
¡cómo es bella y hermosa!
digas tú, el marinero
que en las naves vivíasiii
si la nave o la vela o la estrella
es tan bella.
Digas tú, el caballero
que las armas vestías,
si el caballo o las armas o la guerra
es tan bella.
digas tú, el pastorcico
que el ganadico guardas,
si el ganado o los valles o la sierra
es tan bella.
i Cata: Mira
ii Lición: Lección.
iii Vivías, vives: Es frecuente el empleo del imperfecto por el presente.
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