Preferí rozar tus labios y conocer el aroma de tu cuerpo
Que vivir toda una eternidad sin saberlo...
La sabiduría del viento se ha comenzado a agotar,
Triste consuelo para los hijos aún existentes.
Tú fuiste mi norte, mi espada, mi escudo, mi guía,
Mi fuerza, mi aliento, mi esperanza, mi sabiduría.
Nunca creí que partirías, nunca imaginé
Que pudiera existir sin ti la vida-
Con tu sonrisa y llanto me enseñaste a amar
Todas las cosas de la vida.
Guardaré como tesoro preciado tu recuerdo,
Tu fuerza, tu alegría.
Eres la guía de ese espacio aún desconocido
El cual se desvela noche tras noche en sueños,
Donde moran todas las bellezas desconocidas.
Amada...
Las palabras...
Los instantes...
En cualquier continente...
Sea en esta o en otra vida...
En otra galaxia, en cualquier planeta...
Te encontraré, mientras tanto sigámonos amando
En sueños, permíteme seguir siendo tu centinela nocturno
Y que la resonancia de ese amor, nos una
Otra vez más allá de esta eternidad.
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