AÑO DE AFIRMACIÓN

Hay momentos en nuestra vida en que hemos de hacer una pausa y revisar nuestros valores, nuestra situación actual y nuestras metas. Los seres humanos tenemos una sorprendente capacidad de acomodación, acabamos aceptando hasta las situaciones más impensables. Esto puede ser una gran virtud pues nos ayuda a sobrevivir en los momentos difíciles, pero también puede ser un gran obstáculo, porque puede hacer que nos quedemos estancados.

Vivimos en un mundo tremendamente cambiante, el ritmo de vida se ha acelerado de tal modo que apenas tenemos tiempo de asimilar todas nuestras experiencias. No nos damos cuenta y nos convertimos en sujetos pasivos, en lugar de crear nuestra vida todos los días. Toda mi enseñanza se basa en el poder del pensamiento positivo, pero para poder practicarla has de empezar por ser consciente de lo que te pasa.

Te propongo que este sea un año de afirmación. Revisa tus metas e ideales. Haz limpieza de lo que ya no te sirve y rescata sueños olvidados. Si sientes que tu vida se ha estancado o estás en lo que en estos momentos te parece un callejón sin salida, es que has de cambiar algo esencial. La afirmación surge de la conciencia de la necesidad de cambio y es la fuerza motriz que nos impulsa a avanzar.

Para caminar por este mundo de hoy hemos de ir ligeros de equipaje, pero bien equipados. Aligeramos peso abandonando todo lo que ya no es útil; lo que dejamos atrás, atrás queda; conservemos sólo la sabiduría que el pasado nos aporta. El presente requiere el esfuerzo consciente de renovar nuestra energía todos los días. Afirmarte en tus nuevas metas, no lamentes lo que no has conseguido, eso no significa que no vayas a conseguir tus nuevos objetivos, sólo que has de alimentar el poder de tu pensamiento. Valora lo que tienes en estos momentos, lo que puedes hacer con ello, los medios de los que dispones y los que necesitas para conseguir lo que te has propuesto.

Aunque este proceso de afirmación pueda parecer algo muy personal, recuerda siempre que vives en un mundo global, que todo aquello que haces, afecta a quienes te rodean. Por eso cuida y mima tus pensamientos, tus actitudes, tus acciones; porque todo ello repercute directamente en los demás, y ese término “demás” abarca a todo el planeta.

A veces cuando nos proponemos hacer algo para nosotras mismas no nos parece tan importante, pero cuando lo hacemos por otra persona esa acción se vuelve especial, de algún modo se sacraliza, parece que da más sentido a nuestra vida.

Vivir es un arte, es el arte de reinventar la Vida todos los días, de afirmarnos en nuestras metas, de dedicar nuestra existencia a aportar más felicidad a este mundo herido. Si no lo haces por ti, hazlo por otro.

Louise L. Hay