Miedo, horror y pavor. Llega la noche de los espíritus y las leyendas, pero también de las fiestas y las sorpresas. Estás invitado... si te atreves...
Noche de miedo: La palabra Halloween es la abreviatura de All Hallow Eve o, lo que es lo mismo, La Víspera de Todos los Santos. Se celebra el 31 de Octubre, fecha en la que, según la tradición celta, los espíritus de los muertos vuelven a la tierra para hacernos una visita...
Rico, rico: ¿Por qué los niños van casa por casa pidiendo caramelos? Porque los druidas celtas se paseaban de pueblo en pueblo reclamando alimentos. Si los obsequiaban, ellos rezaban por los muertos; pero si no, maldecían al que no les daba nada. De ahí el “Treat or Trick” (Trato o treta), o lo que es lo mismo, “me das o te doy”.
El clásico: Un irlandés llamado Jack fue condenado a vagar por la tierra después de muerto con una linterna a cuestas. Para que no entrara en las casas, la gente vaciaba nabos, colocaba dentro carbones encendidos y los colgaba en las ventanas. Cuando la tradición llegó a Estados Unidos, los americanos no encontraron nabos tan grandes y emplearon las famosas calabazas.
La mejor medicina: Nuestros tatara-tatarabuelos se disfrazaban en Halloween para meter miedo a las plagas y enfermedades que les amargaban la existencia. Un buen susto y adiós virus.
Consejo de bruja: Nunca hagas un hechizo de amor para atraer a una persona. Eso, no es enamorar sino manipular y no da buen karma. Puede volverse contra ti de manera imprevista...
Monta una ouija: Prepara el tablero, el vaso y convoca a los espíritus. Al acabar, no olvides romper el vaso; dicen que si no lo haces el espíritu se quedará contigo... Este, en realidad, no es un buen consejo. No es conveniente practicar con la ouija si no sabes lo que haces, puede ser realmente peligroso.
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