Sophie Rude, The Death of Cenchirias, son of Neptune and the nymph Peirene
Cuentan
que Pirene fue una bellísima ninfa, diosa de las aguas y de los
manantiales, que acostumbraba a descansar a la orilla de un lago
tranquilo. Y dicen que mientras los ruiseñores cantaban a su
alrededor, ella se miraba reflejada en las cristalinas aguas y
acariciaba dulcemente sus largos y rubios cabellos.
La
paz y la calma llenaban la vida de Pirene que, de vez en cuando, se
sobresaltaba por las voces y el escándalo que formaban unos
gigantes que vivían en las altas montañas. Ella sabía que aquellos
monstruos salvajes querían destruir la tranquilidad de su valle.
Pero al mismo tiempo se sentía segura porque un frondoso bosque
impedía que sus enemigos se acercaran.
Un
día, unas nubes grises y oscuras amenazaron con descargar una
tormenta de rayos y truenos, pero los malvados gigantes las agarraron
con sus enormes manos y las arrojaron sobre el bosque que les
separaba de Pirene.
Inmediatamente
comenzaron a arder todos los árboles y la maleza se convirtió en
llamas, sin que Pirene pudiera evitarlo. La noticia llegó hasta
oídos de Zeus, dios de dioses, que mandó a su hijo Hércules para
que sofocara el incendio y recatar a Pirene del infierno. El hijo
obedeció a su padre y llevó a la ninfa junto al mar para que
pudiera descansar y recuperarse.
-Pirene
-le dijo- aquí estarás a salvo, Y Hércules regresó al valle para acabar con los malévolos
gigantes.
-Tu
valle se ha convertido en cenizas pero buscaré otro para ti -le dijo
al regresar a su lado.
-No.
Yo sólo amo mi valle y quiero regresar a él -respondió la
diosa.
Pero
allí ya no había pájaros, ni flores, ni mariposas, ni árboles...
Todo había sido destruido por el fuego. Incluso el manantial
arrastraba las cenizas del incendio y sus aguas ya no
eran cristalinas. Pirene no pudo soportar aquel desastre y murió de
pena al contemplar su valle deshecho. Hércules recogió el cuerpo de
la Diosa para llevarlo a lo más alto de las cumbres y para que nunca
fuera olvidada levantó allí el más hermoso de los monumentos: una
gran cordillera montañosa que separa España de Francia. Y en su
honor la llamó Pirineos.
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