Un buen día, en una facultad de Medicina, un profesor se dirigió a un alumno y le preguntó:
-¿Cuántos riñones tenemos?
-Cuatro, profesor- respondió el estudiante.
-¿Cuatro?- replicó el catedrático con una buena dosis de arrogancia e ironía-. Y prosiguió dirigiéndose a su ayudante: “Traiga un fardo de pasto, pues tenemos un asno en la sala”.
-¡Y para mí un cafecito!-replicó, enojado, el alumno al auxiliar de su mentor.
El profesor, molesto, expulsó al alumno de la sala.
Al terminar la clase y abandonar el aula, se encontró en el pasillo al alumno, quien se acercó nuevamente a él, dispuesto a corregirlo.
-Profesor, usted me preguntó cuántos riñones tenemos. Y yo sigo diciendo que tenemos cuatro: dos míos y dos suyos. “Tenemos” es una expresión usada para el plural, así que tenga un buen provecho y disfrute del pasto.
Hay personas que, por creer que tienen más conocimiento, se sienten con derecho a subestimar a los demás. Y la vida exige más comprensión que conocimiento.
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