La súbita desaparición de la tripulación completa del Mary Celeste ha creado que sea uno de los misterios más fascinantes de la historia de la navegación.
El Mary Celeste bergantín de Nueva Escocia que fue escenario de una extraña desaparición en masa.
El 5 de diciembre de 1872, el vigía de la nave británica Dei Gratia avistó un barco que parecía tener problemas. Tres tripulantes bajaron la chalupa del Dei Gratia y remaron hasta el barco en peligro para ofrecerle ayuda. Treparon por la barandilla y llegaron a la cubierta; salvo por el sonido del viento en las velas y el inquietante crujido del maderamen, no se oía nada. Los marineros registraron el barco desde los mástiles hasta la bodega y lo encontraron en excelentes condiciones, pero no había ni un alma a bordo. La tripulación había desaparecido sin dejar rastro. El barco se llamaba Mary Celeste.
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